domingo, 21 de octubre de 2012

5º SEMANA EN EL CENTRO DE SALUD.



Con esta entrada tengo el fin de presentar mi quinta semana en el centro de salud, después de los días festivos de la semana, por fin una semana completa, aunque tengo que reconocer que es duro levantarse todos los días pronto y cumplir con todas las actividades tanto en el centro de salud como personales del día a día.

Tengo que decir que es sábado y son las 9 de la noche mientras escribo estas palabras, y después de esta, como decirlo, satisfactoria semana; estoy derrotado. Me he levantado a las 12, cuando ayer me acosté a las 12, supongo que será el ritmo de vida y que hoy señores y señoras no tenía puesto el despertador. Que descanso. 

Esta pequeña introducción no tiene nada que ver con mis prácticas, pero en mi opinión Paqui, nuestra profesora, ha pretendido que aprendamos todo lo posible en el centro de salud. Lo que creo que quiere es que aprendamos parte del funcionamiento del centro y las técnicas y  sobretodo el trato con los profesionales y aún mas importante con las personas. Pero a parte de todo esto, creo que también ha intentado que transmitamos todo lo aprendido a nuestra vida.

Y este es el motivo principal de mis pensamientos, a sido una semana como ya he nombrado muy esperada, y ahora comentaré el por que, pero después de madrugar todos los días, y por las tardes hacer deporte, tengo que reconocer que esta semana a podido conmigo y hoy necesitaba y necesito descansar.

Aun así, estoy leyendo mis pequeños apuntes en mi libreta sobre lo que he ido haciendo día tras día, y me transmite sensaciones muy satisfactorias. En primer lugar, hoy he vuelto a pediatría, sector donde aprendí mucho, y ahora vuelvo con todo lo que aprendí de la semana que estuve y con la ilusión de aprender lo que me vayan a enseñar. 

Esta entrada no va ha ser recordando día tras día, puesto que en la anterior semana en pediatría ya describí lo que se hace día a día, en esta entrada quiero publicar que he compartido la semana con dos grandes enfermeras pediátricas, Eva y Aida, cada una con sus truquillos, es decir, cada maestro con su librillo, y asía he podido exprimir todo el jugo de lo mejor de las dos. 

Por un lado, Aida, me ha dejado vacunar a niños desde 2 meses, hasta 14 años, podríamos decir que con esta profesional he aprendido a mejorar las técnicas y saber desenvolverme sin que se note mi inexperiencia pinchando a los más peques. Es una tarea muy dura al principio, porque es tumbarlos en la camilla y parece que actúe con un efecto inmediato, puesto que enseguida se ponen a llorar.  Cuando te dispones a pinchar a los niños, normalmente hasta 4 años todos llorar, y los de 6 algunos; es muy difícil porque el pequeño esta llorando y pataleando, asique tienes que sujetarlo con firmeza y pincharlo a una velocidad mas rápida que en los adultos. 

Por el contrario con Eva he aprendido a saber hablar, a saber que decir y revolver dudas. Al principio prestaba atención a todo lo que ella decía, y al segundo día de estar con ella me digo que me tocaba hablar a mi, que nervios. Puesto que soy muy tímido cara a la gente que no conozco, pero ella me dijo que allí yo era el jefe y tenía en control de la situación. Asique esta semana he dado consejos sobre salud, sobre la muerte súbita del lactante, sobre las vacunas, sobre las dietas y la alimentación, sobre el sueño y el descanso, sobre el desarrollo psicomotor, en fin, sobre todo lo que tenemos que dar información y también he resulto las dudas que me han preguntado, algunas no y en estos caso he contado con la ayuda de mi enfermera.

Tengo que destacar un niño de 4 años que tuvimos, una hora de consulta con él y nada. Ni vacunas, ni medirle, ni la tensión, tampoco la pediatra pudo realizar su trabajo, puesto que el niño no cooperaba y los padres no parecían hacer nada al respecto. El padre se salió a mitad de consulta y la madre se quedo allí con él, intentamos hablar y explicarle las cosas, pero no dio resultados, el niño se tiraba por los suelos, lloraba, gritaba, asique no pudimos realizarle la revisión correspondiente. Cuando se marcharon nos quedamos hablar la pediatra, la enfermera y yo, y ellas que tienen hijos y hasta yo nos dimos cuenta de que los padres no habían hecho nada, con estas palabras no pretendo juzgar a nadie, pero nos saco de quicio.

Por eso me gustaría destacar que los niños aprenden de los padres, y su padre se salió fuera de la consulta a mitad de revisión porque no aguantaba más y dejo a la madre con la situación, en mi opinión hay que dar una buena educación a los hijos y ser los primeros en dar ejemplo. La pediatra dijo la frase que todos estábamos pensando, y es que a ese niño le hacía falta un poco de mano dura. 

Para concluir quiero acabar diciendo que en estos cinco días he crecido profesionalmente, he mejorado mis técnicas si, pero le doy más importancia a que me han enseñado a desenvolverme en las situaciones de duda y ha saber transmitir mis conocimientos. Por todo esto repito ha sido una semana muy esperada. Ánimo y a esperar todo lo que nos depare una nueva semana.

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