Con esta entrada tengo el fin de
presentar mi quinta semana en el centro de salud, después de los días festivos
de la semana, por fin una semana completa, aunque tengo que reconocer que es
duro levantarse todos los días pronto y cumplir con todas las actividades tanto
en el centro de salud como personales del día a día.
Tengo que decir que es sábado y
son las 9 de la noche mientras escribo estas palabras, y después de esta, como
decirlo, satisfactoria semana; estoy derrotado. Me he levantado a las 12,
cuando ayer me acosté a las 12, supongo que será el ritmo de vida y que hoy
señores y señoras no tenía puesto el despertador. Que descanso.
Esta pequeña introducción no
tiene nada que ver con mis prácticas, pero en mi opinión Paqui, nuestra
profesora, ha pretendido que aprendamos todo lo posible en el centro de salud. Lo
que creo que quiere es que aprendamos parte del funcionamiento del centro y las
técnicas y sobretodo el trato con los
profesionales y aún mas importante con las personas. Pero a parte de todo esto,
creo que también ha intentado que transmitamos todo lo aprendido a nuestra
vida.
Y este es el motivo principal de
mis pensamientos, a sido una semana como ya he nombrado muy esperada, y ahora
comentaré el por que, pero después de madrugar todos los días, y por las tardes
hacer deporte, tengo que reconocer que esta semana a podido conmigo y hoy necesitaba
y necesito descansar.
Aun así, estoy leyendo mis
pequeños apuntes en mi libreta sobre lo que he ido haciendo día tras día, y me
transmite sensaciones muy satisfactorias. En primer lugar, hoy he vuelto a
pediatría, sector donde aprendí mucho, y ahora vuelvo con todo lo que aprendí de
la semana que estuve y con la ilusión de aprender lo que me vayan a enseñar.
Esta entrada no va ha ser
recordando día tras día, puesto que en la anterior semana en pediatría ya
describí lo que se hace día a día, en esta entrada quiero publicar que he
compartido la semana con dos grandes enfermeras pediátricas, Eva y Aida, cada
una con sus truquillos, es decir, cada maestro con su librillo, y asía he
podido exprimir todo el jugo de lo mejor de las dos.
Por un lado, Aida, me ha dejado
vacunar a niños desde 2 meses, hasta 14 años, podríamos decir que con esta profesional
he aprendido a mejorar las técnicas y saber desenvolverme sin que se note mi
inexperiencia pinchando a los más peques. Es una tarea muy dura al principio,
porque es tumbarlos en la camilla y parece que actúe con un efecto inmediato,
puesto que enseguida se ponen a llorar. Cuando
te dispones a pinchar a los niños, normalmente hasta 4 años todos llorar, y los
de 6 algunos; es muy difícil porque el pequeño esta llorando y pataleando,
asique tienes que sujetarlo con firmeza y pincharlo a una velocidad mas rápida
que en los adultos.
Por el contrario con Eva he
aprendido a saber hablar, a saber que decir y revolver dudas. Al principio
prestaba atención a todo lo que ella decía, y al segundo día de estar con ella
me digo que me tocaba hablar a mi, que nervios. Puesto que soy muy tímido cara
a la gente que no conozco, pero ella me dijo que allí yo era el jefe y tenía en
control de la situación. Asique esta semana he dado consejos sobre salud, sobre
la muerte súbita del lactante, sobre las vacunas, sobre las dietas y la
alimentación, sobre el sueño y el descanso, sobre el desarrollo psicomotor, en
fin, sobre todo lo que tenemos que dar información y también he resulto las
dudas que me han preguntado, algunas no y en estos caso he contado con la ayuda
de mi enfermera.
Tengo que destacar un niño de 4
años que tuvimos, una hora de consulta con él y nada. Ni vacunas, ni medirle,
ni la tensión, tampoco la pediatra pudo realizar su trabajo, puesto que el niño
no cooperaba y los padres no parecían hacer nada al respecto. El padre se salió
a mitad de consulta y la madre se quedo allí con él, intentamos hablar y
explicarle las cosas, pero no dio resultados, el niño se tiraba por los suelos,
lloraba, gritaba, asique no pudimos realizarle la revisión correspondiente.
Cuando se marcharon nos quedamos hablar la pediatra, la enfermera y yo, y ellas
que tienen hijos y hasta yo nos dimos cuenta de que los padres no habían hecho
nada, con estas palabras no pretendo juzgar a nadie, pero nos saco de quicio.
Por eso me gustaría destacar que
los niños aprenden de los padres, y su padre se salió fuera de la consulta a
mitad de revisión porque no aguantaba más y dejo a la madre con la situación,
en mi opinión hay que dar una buena educación a los hijos y ser los primeros en
dar ejemplo. La pediatra dijo la frase que todos estábamos pensando, y es que a
ese niño le hacía falta un poco de mano dura.
Para concluir quiero acabar
diciendo que en estos cinco días he crecido profesionalmente, he mejorado mis
técnicas si, pero le doy más importancia a que me han enseñado a desenvolverme
en las situaciones de duda y ha saber transmitir mis conocimientos. Por todo
esto repito ha sido una semana muy esperada. Ánimo y a esperar todo lo que nos
depare una nueva semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario